Mantén los pies en la tierra

Comenzar con los preparativos de boda es todo un mundo de emoción. Es ver invitaciones, diseños, casas, arreglos, centros de mesas, ramos, ligas… ¡Vestido! La emoción de dar un nuevo paso en nuestra vida es tanta que no podemos contenerla y nos llenamos de ideas. Queremos todo y todo es lo mejor para que el evento sea perfecto.

Solemos idealizar nuestra boda perfecta. Soñamos con el mejor vestido, el pastel más espectacular y obviamente, el novio más apuesto y fuerte. No sé puntualmente a quién le debamos estás ideas un tanto “rosas” que se insertaron en nuestra mente como un chip –quizá a las películas de Barbie de los 90’s- pero es totalmente cierto, nos creamos toda una idea y luego, cuando se presenta el momento en el que nos piden un “sí acepto” todo esto marcha en nuestra mente y por consecuente queremos lo mejor en nuestra boda como ya se menciono en el párrafo anterior.

Lo importante no es idealizar, claro es totalmente valido imaginarnos y estructurar todo un evento de cómo queremos nuestra boda, lo importante es mantener los pies en la tierra siempre y saber cómo queremos conseguir las cosas. Hay que recordar que nuestra boda, aunque queramos con todo nuestro corazón, sea igual a las de las películas pero a veces es muy difícil, aunque el príncipe azul ya lo tienes.

Si tienes una idea que es un tanto “confusa” de poner en el suelo y siendo sincera, pareciera un poco imposible, lo ideal es que trates de guiarte hacía ella de una forma que este principalmente a tu alcance y que te sea lo suficientemente económica para que puedas ponerla en práctica.

Recuerda que no tiene nada de malo pensar de todas las maneras posibles tu boda, siempre y cuando mantengas los pies en la tierra y busques las mejores opciones. Lo más importante es la felicidad que vivirás en el evento.