La novia no tiene prohibido quejarse

Podemos decir que los preparativos de la boda suelen ser un tanto “teóricos”, sabes qué todo tiene su proceso… Las invitaciones tienen un proceso, la búsqueda de un pastel tiene un proceso, inclusive la búsqueda de un vestido tiene un escandaloso proceso.

Nunca es fácil encontrar todo lo adecuado para nuestro evento porque por supuesto tiene que ser el mejor, sin embargo, hay ciertas cosas que son un poco más emocionales y que no tienen un proceso, y es la cuestión del sentir.

Existen problemas que usualmente te callas porque eres demasiado tímida, demasiado insegura o por qué tienes una planificación de boda muy ajetreada, el problema llega cuando te encuentras sola y un poco más relajada de pendientes y viene con esa molesta sensación en el vientre, uno de esos problemas es el sentirnos desconcertadas o cabizbajas si venimos de una familia en la que lo único que conocimos fue una madre soltera, abuelos, tíos o quizá sufrimos la perdida paterna y al tener un evento tan importante como una boda es posible que nos sintamos un poco… sentimentales.

Para la cuestión que sea, lo mejor es sacarlo. Encontrar una manera de sacar dicho sentimiento que no sea del todo positivo. Hablarlo con nuestra pareja, familiares o amistades que creamos sean las más cercanas y de quién podremos recibir una cálida respuesta reconfortante.

A veces las situaciones nos hacen sentirnos un poco fuera de nuestra zona de confort emocional -porque sí, existe- en un momento decisivo en nuestra vida. Hablarlo y buscar la manera de soltarlo es lo ideal.