Cuando el miedo se apodera de tu día

Tener miedos, dudas y preocupaciones antes de la boda es más común de lo que crees. Una boda es el primer paso para comenzar una nueva vida al lado de la persona que amas, el comienzo de una aventura a lo desconocido pero tomada de la mano del amor de tu vida, por lo que es normal que en algún punto surjan miedos o dudas ante este gran cambio.

Uno de los miedos más frecuentes es pensar en la posibilidad de que tu pareja se arrepienta al último momento. Si llegas a tener esta duda, tomate un descanso y piensa que, si ya llegaron al punto de planear y comprar, o por lo menos apartar, todo lo relacionado con la boda, es porque tu pareja en verdad desea dar ese paso. Confía en él y tomate el tiempo que necesites para desaparecer tus dudas.

Algunas novias de la noche a la mañana comienzan a cuestionarse si están listas o no para casarse. Si te llega a pasar a ti, no te preocupes, es normal. Piensa en todo lo que has planeado y en cómo te sentirás es día mientras caminas al altar. Si ya llegaste tan lejos como para comprar tu vestido y contratar el banquete, es una señal de que deseas que llegue ese día y estás lista para hacerlo.

Si temes gastar más de lo que puedes y terminar endeudada, una solución es establecer desde un inicio un presupuesto. Prioriza gastos, establece un rango de precio para cada aspecto de la boda, apégate a él todo el tiempo y lleva siempre un registro de lo que has gastado. De este modo, no gastarás más de lo que puedes y siempre serás consciente de lo que ya compraste.

Muchos temores están relacionados con los invitados: si llegará alguien indeseado, si de repente se aparece el ex de alguno de los dos, que alguien que no confirmó se presente con otra persona o que un niño haga acto de presencia porque no había niñeras disponibles. Los invitados sorpresa y los colados nunca faltan, es como una regla no escrita de las bodas. No te preocupes por estos inconvenientes, piensa que sin importar quien llegue, lo importante es que disfrutes tu día y te la pases como nunca.

Finalmente, siempre está el temor de que algo salga mal; ya sea que se caiga el cielo y tu recepción sea en jardín, que algún proveedor te quede mal, que el pastel sea diferente al que pediste o alguna otra cosa que se te ocurra. Trata de eliminar esta negatividad de tus pensamientos, y piensa que todo en esta vida tiene solución menos la muerte. Piensa en planes de emergencia para posibles problemas: contrata un toldo para tu jardín, ten a la mano los contratos de proveedores para arreglar cualquier problema que se presente con ellos y siempre ten en mente que, no importa lo que pase, nada puede arruinarte el mejor día de tu vida.